Parashat Vaiaqhel

Con esta parashah compuesta termina el libro de Shemot desde 35:1 al final del libro. Concluimos la segunda parte en que dividimos el libro de Shemot, la parte referente al servicio del Eterno como meta y finalidad del proceso de redención iniciado por el Eterno al liberarnos de la esclavitud egipcia. 

 

En estas dos parashot se nos narra la edificación del tabernáculo y de sus componentes, la hechura de las vestiduras sacerdotales, y la erección del tabernáculo en el primer día del mes primero.

 

Pero al inicio del capítulo 35, previo a la recolección de la ofrenda voluntaria para construir el tabernáculo, el Eterno da unas orientaciones sobre el shabat, encontrando de las 613 la única mitzvah que existe en esta parashah compuesta. La mitzvah es la siguiente:

 

  1. Prohibición para la corte de justicia de ejecutar penas capitales en shabat (Shemot 35:3).

 

Recordemos que en este ciclo de parashot estamos estudiando mitzvot del Eterno desde un aspecto más halájico, dejando en un segundo plano los aspectos exegéticos y homiléticos. Es así como dejaremos también para otra ocasión aspectos escatológicos del shabat.

 

Dice el texto sagrado:

 

ב שֵׁ֣שֶׁת יָמִָי֘ם֘ תֵָּֽעָשֶׂ֣ה מְלָאכָ֒ה֒ וּבַ֣יּ֣וֹם הְַשְּׁבִיע֗ י יִ ְהְִי֨הֶ ָלָכֶ֥ם קֹ֛דֶֹשׁ שַׁבַּ֥ת שַׁבָּ֖ת֖וֹן

              ַלֽיהָ֑וָֹ֑ה כָּל־ָהָֽעֹשֶֹׂ֥ה ֛ב֛וֹ מְלָאָכָ֖ה יוָּמָֽת: ג לֹֽא־ ְַתְבֽעֲ֣ר֣וּ ֵא֔֔ שׁ בְּכֹ֖לֹ מֽשְׁבֽ ֵתֹיכֶ֑ם בְּ֖י֖וֹם

ַה ַשָּׁבָּֽת:

 

2 Sheshet iamím teaseh melajah, ubaiom hashebií ihieh lajem qódesh shabat shabatón LaAdonai, kol haoseh bo melajah iumat. 3 Lo tebaarú esh bejol mishbotajem baiom hashabat.

2 Seis días se trabajará, mas el día séptimo os será santo, shabat de solemne descanso para YHWH; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá. 3 No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de shabat.

 

En realidad, casi todos los elementos e ideas que figuran en Parashah Vaiaqhel ya han sido enunciados en las parashot anteriores a partir del capítulo 25 del libro de Shemot. 

 

Versículo 2: «SEIS DÍAS SE HABRA DE HACER TRABAJO .. » 

 

Rashbam nos comenta este verso: «La Torah anticipa el precepto de Shabat a la construcción misma del mishkán queriendo decir que la construcción del mishkán no tenía precedencia sobre el Shabat”. 

 

Ya en la parashah de la semana pasada, en los vv. 31:12-17, antes de la narración del pecado del becerro de oro, El Eterno había instruido sobre la guarda del shabat: Sin embargo, como en aquella ocasión Eloha primero había ordenado la construcción del Tabernáculo y luego la observancia del Shabat, todavía se podría haber pensado que aquello que fue dicho primero tenía precedencia sobre lo dicho en segundo lugar. Por esta razón, en esta parashá al enunciar primero la obligación de cumplir las leves de Shabat, y sólo después impartir las órdenes relativas al Tabernáculo [que comienzan en el v. 35:4], según Rashí y Sifté Jajamim, Moshé quería subrayar que a pesar de la suposición anterior, el cumplimiento del Shabat pasaba por encima de la construcción del Tabernáculo.

 

Versículo 3: «NO ENCENDERÉIS FUEGO DONDEQUIERA QUE HABITAREIS, EN EL DÍA DE SHABAT». 

 

Continua comentando Rashbam «La Torah especifica esto en especial ya que en los ימים טובים «Iamim Tovim» -días festivos- se prohíbe todo trabajo pero se permite la preparación de alimentos, lo que incluye encender fuego para cocer y cocinar, pero en Shabat aun esto es prohibido por la Torah, y no se puede encender fuego ni siquiera (para la preparación de alimentos y con mucha mayor razón para otras necesidades. 

 

Entre los rabinos hay quienes afirman que en este versículo se especificó la prohibición de encender fuego con el propósito de enseñar que sólo es un precepto prohibitivo. Pero también hay quienes afirman que fue excluida de la categoría general de labores prohibidas para hacer una distinción entre cada labor.

 

Según la primera escuela de rabinos (Véase Sifté Jajamlm), si encender fuego sólo se considera como un precepto prohibitivo y no más, ello implicaría que su transgresión no es castigada con la pena de muerte a manos del tribunal o karet (muerte prematura o sin hijos a manos del Cielo), sino con azotes, ya que sería equivalente a cualquier otro precepto negativo cuya pena son solamente azotes.

 

Pero la segunda escuela argumenta que puesto que en el versículo anterior, v.2, la Torah enuncia la prohibición general de no realizar labores prohibidas en shabat. Por tanto, parecería superfluo enunciar aquí en el v.3, la prohibición específica de no encender fuego. Así que tiene que haber otro motivo. En el Talmud en el tratado Shabat 70a se dice que se pudo haber pensado que como el mandamiento de observar el Shabat es uno solo, entonces, si una persona realiza por inadvertencia las 39 labores principales prohibidas, solamente estaría obligado a traer una ofrenda de pecado [jatat] por todas ellas. Pero el haber mencionado específicamente esta labor enseña que su transgresión recibe una condena propia. Y, puesto que encender fuego es una labor principal [ab melajá], lo mismo se aplica entonces a todas las demás labores principales, de modo tal que por cada labor transgredida se recibe una condena (Sifté Jajamim).

 

Versículo 3: «… DONDEQUIERA QUE HABITAREIS … «

 

«En cualquier hogar judío rige la prohibición de encender fuego pero no en el מקדש «mikdash» -Santuario-. Según el exégeta de Minjah Belulah, el fuego del altar se encendía aun en Shabat.» 

 

Entonces deben quedar claras las precedencias. El guardar shabat tiene precedencia sobre la construcción del mishkán, pero todo lo referente a prestar el culto al Eterno ordenado para celebrar en el mishkán tiene precedencia sobre el shabat.

 

Este mismo exégeta confiere a este precepto un significado alegórico (drash) amén del significado real (peshah) y dice: «En el día de Shabat, cuando la persona no se dedica a sus actividades y labores, cuando toda la gente está ociosa de sus trabajos físicos, no encendáis el fuego del chisme y la maledicencia. Ya que estas cosas abrasan y destruyen tanto como el fuego”. 

 

La Torah especifica la prohibición de encender fuego ya que la mayoría de los trabajos y creaciones físicas se hacen a partir del fuego. 

 

Sin embargo, notemos que el precepto de no ejecutar sentencias en shabat no aparece directamente por ningún lado en el texto bíblico. Más que una mitzvah es una halajah deducida posiblemente del texto. Como nos damos cuenta el número y la escogencia de los 613 mandamientos que obligan a un ben Iehudah tiene bastante de construcción humana que, aunque tenga razón de ser no podemos atribuirle directa autoría divina.

 

Como en este ciclo de estudios de la Torah es la primera vez que tenemos oportunidad de tocar el tema del shabat, me ha parecido conveniente enfocar este estudio a los benei Iehudah sentando los principios fundamentales del shabat. Tales principios aplicarán también a los bene Abraham con las especificaciones apropiadas a ellos. Es así como estaremos mencionando algunos de estos principios y tratando de ubicar los preceptos claramente mencionados en el texto de no trabajar y de no encender fuego en shabat.

 

El puesto del Shabat en el judaísmo

 

El shabat es un principio fundamental del judaísmo y lo observamos como testimonio de nuestra fe en Eloha, como creador del universo y de nuestra sumisión a su voluntad y a sus mandamientos, por ser el amo supremo y todopoderoso, vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones (Shemot 31:13).

 

En cambio, profanar el shabat equivale a renegar al Creador y a su Torah, cortando el lazo que une el judío a Él, provocando así su propia perdida: «Aquel que lo profana será castigado con la muerte» (Shemot 31:14)

 

El shabat es mucho más que un día de descanso, es un día de elevación por encima de la vida mundana, un día de goce espiritual y de acercamiento a Eloha.

 

Eloha nos dio el Shabat y lo acompañó de directivas sobre el modo de observarlo. En la medida que seguimos estrictamente estas instrucciones, podemos verdaderamente alcanzar el goce del shabat, Oneg Shabat. Efectivamente, esta creación maravillosa que es el shabat, (que los pueblos civilizados imitaron de forma superficial) no es una obra humana y es inconcebible pretender cambiar su carácter. Las directivas que nos transmitió el creador del shabat son las «leyes del shabat».

 

Dice el Shulján Aruj: “Una persona no iniciada puede pensar que esas leyes atribuyen demasiada importancia a detalles «insignificantes», y que a veces son exageradas. Nada es insignificante en el judaísmo. Todo acto, por más trivial que pueda parecer, tiene su peso y su repercusión Al contrario, es justamente gracias a la observación minuciosa de todos esos detalles, que merecemos el shabat y con él la conservación de nuestro vigor físico y moral, la conservación de nuestra identidad judía. Si rehúsa uno de someterse a ellas, por considerarlas «exagerarlas» y «estorbantes», el precio de esa insumisión será la pérdida tarde o temprano de un judaísmo vaciado de su esencia. Al guardar el pueblo judío fielmente el shabat, el shabat a su vez guardó al pueblo judío”. Hasta aquí el Shulján.

 

Estamos de acuerdo en ser fieles en guardar todas las “minucias” mandadas por el Eterno, pero no en las que los rabinos mandan. La amenaza de tales rabinos que de no seguir todas sus minucias tarde o temprano se perderá el judaísmo, tienen razón en cuanto al judaísmo inventado por ellos, más no con respecto al judaísmo bíblico dado en el texto sagrado.

 

Por otra parte el shabat observado en su forma y en su contenido es el goce anticipado y la preparación del mundo eterno y del deleite sabático perpetuo como podremos ver en otra ocasión.

 

La Halajah del Shabat

 

Continua el Shulján Aruj: “Debemos subrayar un punto esencial, que es el concepto de base del shabat. Conformándonos al orden divino, durante el día el shabat cesamos todo trabajo – en hebreo «Melajá». Por Melajá no hay que entender un esfuerzo físico, sino una acción realizada con la intención de crear una nueva existencia material. A partir de esta idea central, el conjunto de las Melajot prohibidas, de sus derivados y de las prohibiciones rabínicas relativas a ellas, constituye un sistema coherente que debemos estudiar a fondo a fin de conocer las directivas divinas para la observación del shabat”.

 

Tal como lo dice el Shulján la esencia halájica del shabat reside en el reposo del trabajo. El asunto de discusión está en definir qué es trabajo. Los rabinos han optado por definir trabajo a toda acción humana que se asemeje a la actividad divina en la creación. Y acabó Eloha en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Eloha al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. (Bereshit 2:2-3). Aunque el hombre no puede crear a a partir de la nada, puede sí causar cambios en la creación. Es así como los rabinos han definido el trabajo.

 

En esta línea los rabinos clasificaron la actividad “creativa” del hombre en 39 trabajos llamados “trabajos tipos” – Avot Melajá – con sus derivados llamados – Toledot Melajá. Y no contentos con ello, a fin de erigir un vallado preservativo, Gader, alrededor del Shabat, añadieron a los Avot Melajá y Toledot prohibiciones rabínicas suplementarias llamadas- Shevutim.

 

Los trabajos tipos prohibidos, enumerados por la Mishná en el tratado Shabat son 39:

 

Los trabajos principales son cuarenta menos uno: sembrar, arar, segar, engavillar, majar, bieldar, limpiar, moler, cribar, amasar, cocer, esquilar, lavar la lana, mullirla, teñirla; hilar, tejer, hacer dos cordoncillos, tejer dos hilos, separar dos hilos; hacer nudos, soltarlos, hacer dos costuras, desgarrar algo con objeto de hacer dos costuras, cazar un ciervo, matarlo o despellejarlo, ensalarlo, curar la piel, pulirla, cortarla; escribir dos letras, borrar con el fin de escribir dos letras; edificar, demoler, apagar, encender; golpear con martillo, transportar de un ámbito a otro. Estos son los cuarenta trabajos fundamentales menos uno[1] (Mishnah, Shabat 7:2) 

 

Según los rabinos, esta lista de 39 trabajos tipos representan todos los trabajos que fueron ejecutados para la construcción y la organización del Tabernáculo, mishkán, en el desierto del Sinai. Sus derivados son ilimitados, y abarcan todos los ramos de la actividad humana en relación con las circunstancias y los medios técnicos de cada época, puesto que la Torah es eterna y sus leyes, así como los principios que las animan, se aplican a todas las generaciones.

 

Aspectos de libertad en la halajah rabínica

 

La Mishnah sin duda recoge la rigurosidad existente para su época de parte del rabinato fariseo, pero introduce elementos de liberación. Los rabinos intentan ser fieles a los preceptos recibidos, pero al mismo tiempo inventan medios y razones para que el hombre no caiga aplastado por el peso de la ley. El tratado del shabat no sólo será la disquisición de las cosas que no se pueden hacer, sino también de las que se pueden hacer. Muchas son las formas en las que los rabinos aliviaron la situación del shabat que no debía perder su condición de día gozoso y alegre. La prohibición de introducir algo en casa o sacarlo en día de shabat quedaba bastante aligerada al distinguir dos actos en el introducir (coger y depositar) y otros dos en el sacar. Si los dos actos eran realizados por personas distintas, no había quebrantamiento del precepto sabático. La dificultad que la prohibición de viajar en shabat entrañaba se paliaba con la invención de los dos mil codos a partir del lugar donde uno residía y con el erub. Si en la vigilia del shabat un judío dejaba en un lugar dos comidas preparadas para el shabat, aquel lugar se consideraba como si fuera su residencia o morada y desde allí se comenzaban a contar los dos mil codos. Todo el tratado del shabat está lleno de estas matizaciones que han de ser resaltadas ante las exageraciones históricas del legalismo judío.

 

Más takanot rabínicas

 

Así que los rabinos del Talmud decretaron leyes que prohíben a los judíos llevar a cabo en shabat ciertas actividades que ni siquiera la Torah prohíbe; el motivo fue hacer del shabat un día de descanso y de paz completos. El Talmud inicia la enunciación de esta legislación que en hebreo se conoce como shevut (derivado del término shabat que significa «descanso») con estas palabras: «Las actividades siguientes van contra la shevut una persona no puede trepar a un árbol, ni montar un animal, ni nadar, ni batir palmas, ni golpearse el costado, ni bailar»[2]

 

Ahora entremos a presentar la halajah, según el Shulján Aruj, respecto al encendido, apagado y utilización de aparatos eléctricos que en la época actual pueden relacionarse con el precepto de no encender fuego.

 

  1. El que enciende un fuego o una luz durante el shabat transgrede dos mandamientos específicos de la Torah: «No encenderéis fuego en shabat» (Éxodo 35, 3) y «No ejecutaréis ninguna acción de trabajo en shabat» (Éxodo 20,10).
  2. Está prohibido producir fuego por medio de un fósforo, de una pistola, etc. o encender una lámpara eléctrica. No se debe ni encender, ni aumentar, ni disminuir, ni apagar una llama, ni añadir combustible para mantener un fuego.
  3. Está prohibido encender, regular o apagar durante el shabat, una luz o un aparato eléctrico, hacer funcionar cualquier dispositivo eléctrico, como un ascensor, una puerta eléctrica que se abre al acercarse a ella una persona. Utilizar el teléfono o responder a él está prohibido a menos que sea para salvar a una vida humana pikua’h nefesh,(llamar a un médico, una ambulancia, bomberos).
  4. Se permite regular un interruptor antes de shabat, de modo que las luces se apaguen y se enciendan de nuevo automáticamente a las horas deseadas. Pero no se debe utilizar este sistema para la radio o televisión, a fin de escuchar noticias o música, durante el shabat[3].
  5. Se puede abrir el refrigerador durante shabat, tanto funcione el motor o no[4]. Es preferible, sin embargo, abrir la puerta cuando el motor funciona[5]. Antes de la entrada de shabat, hay que destornillar La bombilla del refrigerador a fin que no se encienda cuando se abre la puerta[6].
  6. Conducir un coche en shabat, lo que provoca la ejecución, a cada instante, de trabajos como el encendido y la combustión, es una grave violación en público del shabat.

 

Bien. Como nos damos cuenta los aparatos eléctricos diseñados para el uso doméstico están prohibidos porque se asimilan a encender fuego. Conducir un carro aunque sea para ir a la comunidad en shabat queda prohibido. 

 

Halajah de otras corrientes judías no ortodoxas

 

Lo anterior es la posición ortodoxa. Veamos otras corrientes judías qué opinan sobre este punto.

 

Las comunidades no-ortodoxas, con algunas excepciones, en general no consideran que jugar a la pelota, transportar objetos en terreno público o actividades similares, constituyan una violación a las leyes de shabat.

 

La comisión que se encarga de fijar las leyes en el rabinato conservador, dio permiso a sus seguidores, por mayoría de votos, para «viajar» a la sinagoga en shabat y en día de fiesta aunque únicamente con el objeto de acudir a los oficios[7]. Al utilizar el término «viajar», la comisión se refiere a montar en auto, no a conducirlo. Esta decisión se basa en que viajar en shabat no viola directamente ninguna ley bíblica o rabínica y que es preferible que una persona rece con sus correligionarios judíos a que lo haga sola.

 

Los que no están de acuerdo con esta decisión argumentan que viajar en shabat y en día de fiesta constituye una profanación del espíritu de santidad que tienen esas fechas, y que dar permiso para ir en auto puede llevar a otras violaciones de la ley judía. Se teme que si a una persona le está permitido viajar a la sinagoga en esos días, se acostumbre a la idea de ir en auto y, al final, termine haciéndolo por otros motivos, incluso para ir de compras o hacer negocios. También hay quienes aseguran que ir en auto puede llevar a manejar un auto y que el que maneja tiene que hacer girar la llave para poner en marcha el motor, lo que significa iniciar un fuego (combustión); hacer fuego constituye una violación de la ley bíblica.

 

El rabinato ortodoxo y unos pocos rabinos conservadores no permiten ir en auto en shabat ni en día de fiesta ni siquiera aunque el único objetivo sea acudir a los oficios religiosos. Pero permiten montar en ascensor, a pesar de que implica utilizar electricidad, a condición de que dicho ascensor haya sido programado previamente para parar y ponerse en marcha automáticamente en ciertos pisos. También permiten utilizar el ascensor si quien lo opera no es judío; en ese caso, no se le puede decir dónde o cuándo parar o poner en marcha el aparato.

 

Aunque en ambos casos la actividad es la misma, los tradicionalistas han permitido esta aplicación algo más liberal de la ley en el caso del ascensor con el fin de solucionar el problema que se les plantea a las personas que viven en edificios de muchos pisos o que se encuentran en un hotel. Algunas comunidades tradicionales cuya sinagoga se encuentra en un piso alto, han instalado un sistema de ascensores previamente programados o emplean a un no judío para que los accione. En shabat se puede utilizar el ascensor siempre que el que lo utiliza no tenga que apretar el botón para llamarlo ni ningún otro cuando ya está dentro del aparato mismo.

 

Los judíos observantes se abstienen de utilizar electricidad en shabat y, por lo tanto, aflojan la bombilla de la refrigeradora para que no se encienda al abrir la puerta. Los judíos ortodoxos y algunos conservadores consideran que la electricidad es un tipo de fuego porque se utiliza para calentar y cocinar, es decir, su uso se parece mucho al del fuego. Aquellos que guardan las leyes de shabat muy estrictamente, no abren la puerta de la refrigeradora hasta oír que el motor se ha parado. Así se cercioran de que el motor no se pondrá en marcha por un buen rato y que no lo activarán al abrir la puerta.

 

Bien. Todo esto nos muestra las discusiones actuales en la halajah judía sobre el manejo de aparatos eléctricos. El problema está en asociar la electricidad al fuego cuando la ciencia plantea que es un flujo de electrones que no necesariamente producen calor a no ser que pasen por resistencias.

 

Por otro lado, el manejo de vehículo en shabat o utilizar transporte público que implica tener que pagar, lo cual también está prohibido en shabat, para acercarse a la sinagoga, es muy comprensible en el judaísmo ya establecido donde las familias compran o edifican sus casas cerca de sinagogas, pero en países donde apenas está llegando el judaísmo o donde hay conversos que les queda económicamente difícil mudarse cerca de una sinagoga, como es el caso de nuestra Alianza, no se ve cómo sea voluntad del Eterno aplicar estas halajot tan estrictas.

 

Así mismo la definición de trabajo como actividad que cambia el status quo de la creación y de donde se deduce tantas actividades prohibidas para el shabat es discutible, ya que puede entenderse como trabajo solo aquella actividad que genere ingresos económicos a un individuo. Si esta fuera la definición de trabajo, la halajah cambiaría drásticamente. Así que aquí en este campo hay mucho que investigar y estudiar a la luz de la Torah.

 

La Halajah de nuestro Rebe respecto al Shabat

 

También todo esto debe analizarse a la luz de los principios de interpretación de nuestro Rebe que no solamente fue un rabino, sino que su halajah la consideramos que tiene la autoridad no solo de un rabino, sino la del profeta semejante a Mosheh profetizado por este y la del Rey que está sentado a la diestra del Eterno, y que vendrá a sentarse y legislar desde el Trono de David, considerado trono del Eterno, como se nos dice en Bereshit 49:10, No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh. Por esto algunos llaman a la Brit HaJadashah, Código Real, por ser un código halájico con el peso de la autoridad del rey de Israel. 

 

Vamos a detenernos solo en las mesorot y en los escritos dirigidos a los bene Iehudah, porque en otra ocasión, beezrat HaShem, estaremos hablando del shabat para los bene Abraham.

 

Comida y Shabat

 

En aquel tiempo iba Ieshua por los sembrados en un día de shabat; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer.  Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de shabat. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Eloha, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la Torah, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el hijo del hombre es señor del día de shabat. (Matitiahu 12:1-8)

 

En el texto griego dice, literalmente, “haciendo lo que es ilegal en Shabat,” es decir, haciendo algo que los P’rushim (Fariseos) consideraban que era en contra de la Torah. El argumento no era sobre si era permitido recoger granos con la mano del campo de alguien, porque esto está expresamente permitido en Debarim 23:26 (25 en las versiones no hebreas), que dice: “Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.” Así que el punto era si esto se podía hacer en Shabat o no.

 

Lo que podemos ver detrás de este aparentemente asunto menor, es si la tradición farisaica -la cual se desenvolvía en lo que el Judaísmo rabínico llama la Torah Oral, la cual posteriormente se plasma en la Mishná, la Gemará y otros trabajos, es revelación de Eloha al hombre y particularmente a todos los judíos o no. La cuestión debe ser explorada analizando el capítulo 18:18-20 de Matitiahu (Mateo) y Marcos 7:5-13, pero que no es el punto aquí. De acuerdo con la Torah Oral, tal como lo vimos en la Mishná (Shabat 7:2) treinta y nueve categorías de melajah están prohibidas en shabat. Uno de estas era recoger la cosecha; otro, trillar. En el versículo 1 leímos que los talmidim (discípulos) estaban recogiendo espigas; y en un pasaje paralelo, en Hillel 6:1, ellos también aparecen frotando los granos en sus manos, lo cual podría ser definido como trillar. Este es el contenido de la acusación que los P’rushim (Fariseos) estaban haciendo contra ellos y por implicación contra Ieshua, quien siendo su maestro, era el responsable por sus modales.

 

Aunque Vaiqrah 24:5-9 permite sólo a los cohanim (sacerdotes) comer el pan de la

Proposición, el cual era separado y puesto ante el arca en la casa de Eloha

(Tabernáculo), 1 Samuel 21:1-6 nos relata cómo el Rey David y el sacerdote Ahimelec, para salvar la vida de personas, violaron esta mitzvah (mandamiento) de la Torah Escrita – la cual los P’rushim habrían aceptado como de más autoridad que una regla en la Torah Oral. 

 

Por otro lado, la Torah por sí misma especifica que algunos mitzvot son más importantes que otros. Guardar el Shabat es importante, pero los sacrificios de animales requeridos en Números 28:1-10 los son aún más, así que los cohanim trabajaban en Shabat con el fin de mantenerlos. A propósito de ello, la Mishnah dice en Shabat 132b lo siguiente: “El servicio en el Templo tiene prioridad sobre el Shabat.”[8]

 

En consecuencia, Ieshua les estaba diciendo a los perushim que el comer para conservar la vida, aunque implique recoger espigas mientras se iba de camino y frotarlas en las manos para comer, no como actividad laboral, tiene prioridad sobre lo que sus rabinos habían determinado sobre prohibiciones en shabat, sin que lo hubiera dicho ciertamente la Torah. En segundo lugar, Ieshua les estaba diciendo a los perushim que no se puede absolutizar la mitzvah acerca del shabat, de manera que el shabat esté por encima de cualquier otro mandamiento. 

 

El señorío del Shabat

 

Acerca del texto de Matitiahu 12:8 que también se encuentra en Meir 2:27-28 Porque el Hijo del Hombre es Señor del Shabat, el siguiente pasaje del Talmud da el mismo mensaje:

 

“El rabí Ionatán ben Iosef dijo: ‘porque (el shabat) santo es a vosotros’ (Shemot 31:14). Esto es, ha sido confiado a vuestras manos, no vosotros en sus manos” (Iomá 85b).

 

Un pasaje similar se encuentra en la Mejilta, Shabata 1.1 sobre Shemot 31:12-17 donde el dicho es atribuido al rabí Shimón ben-Menasia.

 

Es posible, entonces, que el comentario de Ieshua del v. 28, de que el hijo del hombre es señor del Shabat, no se refiere solo a sí mismo sino a todos, puesto que la palabra hebrea ben adam (literalmente “hijo de hombre”) puede significar simplemente “hombre, persona”, sin ningún énfasis mesiánico: lo que se quería decir, entonces, es que “la gente controla el shabat no el shabat a la gente”. El hombre no fue creado para el shabat, sino el shabat para el hombre y para el Eterno. ¿Se podría estar cayendo en una shabatlatría?

 

Con estos principios de Ieshua, ¿cómo juzgamos el prohibir manejar un carro para ir a darle culto al Eterno en la sinagoga? ¿Qué será más prioritario, darle culto al Eterno en shabat, que es el tiempo consagrado para la alabanza comunitaria del pueblo judío, para el cual tanto el shabat como el judío fueron creados, o quedarse solitario en casa como un judío esenio en las cuevas de Qumram?

 

La Sanidad en Shabat

 

Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Ieshua, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de shabat? Él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en shabat. (Mt 12:10-11-12 = Lc 6:9)

 

Es lícito sanar en Shabat?  La respuesta dada por la halajah es triple: 

 

  • En Shabat, sanar para salvar la vida no solamente es permitido sino que es un deber.
  • Se permite el cuidado para aquellos seriamente enfermos. Por ejemplo para aquellos con una fiebre muy alta, o un dolor que les afecte todo el cuerpo.
  • El tratamiento de dolencias menores está prohibido por decreto rabínico, y la razón es porque la mayoría de tales tratamientos requieren preparar la medicina, y el hacerlo es una forma de trabajo prohibida.

 

Viniendo al caso de Ieshua que sanó milagrosamente a un hombre de una mano seca, podemos decir lo siguiente: Ya que una mano seca no es una amenaza contra la vida y tampoco es una enfermedad que afecte la salud total del que la sufre, éste tipo de sanidad, a los ojos de lo anterior, violaría la halajah en lo concerniente al Shabat.

 

Sin embargo, debido a que Ieshua, al hacer un milagro, no tuvo que elaborar ningún tipo de medicina, no había lugar para violación alguna a los decretos rabínicos del siglo primero. Pero más que eso, Ieshua utilizó cuatro argumentos en contra de la forma en que los P’rushim (Fariseos) usaron su halajah:

 

  • Ieshua ataca la premisa subyacente de la Torah Oral como era entendida por los P’rushim (Fariseos) con un argumento acerca de prioridades: “hacer buenas obras” es más importante que observar los detalles de las reglas acerca del trabajo en Shabat. La determinación de las prioridades es una legítima forma de prescribir

 

  • El refuerza su caso con un argumento kal vejómer, es decir, si lo primero es cierto, entonces lo segundo con mayor razón: Si es permitido rescatar una oveja en Shabat, cuánto más debe ser permitido sanar a un hombre!

 

  • En Meir 2:27-28, él adiciona que “el Shabat fue hecho para el hombre, no el hombre para el Shabat” – con lo que está diciendo que las reglas de Di-s son para servir al hombre y posibilitarlo en la mejor forma para que glorifique a Di-s, y no para esclavizarlo y requerirle que glorifique las reglas.

 

  • Finalmente, en Iojanán 7:22-23, donde él justamente sanó a un hombre en Shabat, él trae otro argumento kal vejómer: ¿Si sus oponentes permiten la circuncisión en Shabat, cuánto más deberían ellos permitir el ministrar sanidad? Leamos lo que dice el pasaje: “Por cierto, Moshé os dio la circuncisión (no porque sea de Moshé, sino de los padres); y en el día de reposo circuncidáis al hombre. Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moshé no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?”

 

El común denominador en estos cuatro argumentos es que las reglas de los P’rushim (Fariseos) para el Shabat, o día de reposo, son en general buenas guías de comportamiento, pero ellas no deben ser permitidas cuando se convierten en opresión. Hay circunstancias cuando uno debe quebrantarlas con el fin de obedecer la voluntad de Eloha y ser un activo participante de su Reino. “Romper las reglas” por las razones correctas es un elemento esencial en la halajah Mesiánica!

 

¿Qué tiene más peso?

 

Pero analicemos un poco más el texto acabado de mencionar de Iojanán 7:22-23, Un niño es circuncidado en Shabat, para que la Torá de Moshé no se quebrantara. La Torá establece que un niño varón judío ha de ser circuncidado en el octavo día de su vida (Bereshit 17:12, Vaiqrah 12:3), pero también prohíbe trabajar en Shabat (Shemot 20:9-10, 23:12, 31:14-15, 34:21, 35:2; Vaiqrah 23:3; Debarim 5:12-14). Por lo tanto, ¿si el octavo día de la vida de un niño cae en shabat, ha de aplazarse la circuncisión al noveno día, ¿o ha de quebrantarse el shabat para hacer el trabajo de acarrear la herramienta y lo necesario para la operación de corte? Los de Judea (las autoridades religiosas judías centradas en Judea) del tiempo de Ieshua ya habían decidido la cuestión, y su decisión se encuentra registrada en el Talmud.

 

En este pasaje que estamos analizando, Ieshua presenta un din-Torah que la mitzvah de curación tiene prioridad sobre la de abstenerse de trabajo en shabat. En la toma de esta decisión de cuál de dos leyes en conflicto se mantiene en una situación particular, él estaba haciendo lo mismo, al igual que los rabinos que desarrollaron la Torah Oral. En efecto, Ieshua contempló en este pasaje una bien conocida decisión que se puede encontrar en el Talmud, tratado Shabat, folios 128a a 137b. 

 

Los rabinos se enfrentan con el conflicto entre la ley contra trabajar en shabat y el mandamiento que un hombre debe circuncidar a su hijo en el octavo día de su vida. El conflicto surge del hecho de que cortar y transportar las herramientas necesarias para realizar un b’rit-milah a través de un dominio público son tipos de trabajo prohibido por los rabinos en shabat. Decidieron que si el octavo día cae en shabat, uno haga el trabajo necesario y circuncide el niño; pero si la circuncisión debe tener lugar después del octavo día, digamos, por razones de salud, no se puede hacer en shabat en violación de las prohibiciones de trabajo; uno espera hasta un día de la semana. 

 

Ieshua en la defensa de su regla utiliza lo que el judaísmo se llama un argumento kal v’jómer («ligero y pesado»), conocido en la filosofía como un razonamiento («de fuerza mayor»). Su esencia está en la frase «cuánto más!» El argumento de Ieshua en Iojanán 7: 23 es: «¡Ustedes permiten romper el shabat con el fin de observar la mitzvah de circuncisión; cuánto más importante es curar el cuerpo entero de una persona, así que ustedes deberían permitir romper el shabat para esto también!»

 

De hecho el judaísmo tradicional hace uso de un razonamiento idéntico al de Ieshua respecto a este asunto. El Talmud registra lo siguiente a la pregunta de por qué salvar la vida suspende las prohibiciones de trabajar en shabat, 

 

«contestó el rabino El’azar, ‘ si la circuncisión, que implica una sola de las 248 partes del cuerpo humano, suspende el shabat, cuánto más [salvar] el cuerpo entero suspende el shabat!» (Ioma 85b) 

 

Estos versos de Iojanán son importantes porque demuestran que Ieshua no se opuso a tradición de los fariseos per se. Él no estuvo en contra de la legislación necesaria para aplicar la Torá a los momentos y las circunstancias particulares, sino contra atribuir a la legislación hecha por los rabinos inspiración por parte de Eloha (Meir 7:5-13). En v. 24 Ieshua da su principio estándar para el desarrollo de la «ley oral»: «Dejen de juzgar por las apariencias superficiales y juzguen de manera correcta!»

 

De ninguna manera podemos pensar que Ieshua negó el shabat. Veamos lo que hacía de ordinario en shabat: Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de shabat entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el rollo del profeta Isaías (Hillel 4:16-17): Fue a la sinagoga en shabat como era su costumbre, como cualquier buen judío (no se quedó en casa). Se levantó para leer públicamente de un rollo.

 

Así mismo leemos en Iojanán 10:22, Celebrábase en Jerusalén la fiesta de Janukah y Ieshua andaba en el templo por el pórtico de Salomón. Ieshua al celebrar Janukah estaba apoyando la revuelta de los macabeos en los siglos anteriores contra los helenistas que, con una de las cosas escriturales que quisieron terminar, fue con el shabat. Así que nadie puede decir que Ieshua no estuviera de acuerdo con el shabat. Lo que no estaba de acuerdo era en la forma de entender cómo celebrar shabat por parte de la línea legalista farisea.

 

Shabat Shalom

[1] El número de 39 corresponde a las 39 veces que melajot (excluyendo el estado constructo) ocurre en la Torah con sentido de trabajo.

[2] Mishnah, Tratado Betzá 5:2

[3] Yabía Omer

[4] Rav Shlomo Zalman Orbaj

[5] Yabía Omer

[6] Yabía Omer

[7] Proceedings of the Rabbinical Assembly

[8] Cuando el servicio sacrificial supera el shabat, la circuncisión también: entonces el shabat, que es superado por el servicio sacrificial, ciertamente la circuncisión lo supera”.